Aunque suele decirse que los gatos adoptan instintivamente la mejor postura para amortiguar las caídas, lo cierto es que se producen casos en nuestra clínica veterinaria en Utebo de fracturas (las más habituales son las de fémur, las de los huesecillos de las extremidades anteriores y las de la mandíbula) y, en el peor de los casos, con lesiones internas, debido a una caída desde un piso alto.
Y es que tan cierto es que los gatos domésticos son animales muy inteligentes, conocedores en todo momento del hábitat en el que se encuentran, como que en ocasiones por instinto pueden precipitarse al vacío con graves consecuencias e incluso la muerte en ocasiones. Un gato paseando por una ventana es muy difícil que se caiga solo y hay dueños que les dejan salir a terrazas y ventanas abiertas sin problemas durante años, pero puede ocurrir que un pájaro volando o una mosca sean estímulo suficiente para su instinto cazador y se olviden de dónde se encuentran. Y esto lo sabemos por experiencia en la Clínica Veterinaria Peludines, porque no son pocos los casos de urgencias de este tipo.
Incluso, los expertos de una clínica veterinaria en Utebo como la nuestra conocemos este problema como el síndrome del gato paracaidista y alertamos a los dueños de sus consecuencias. Por increíble que parezca, además, las caídas de los gatos suelen tener peores consecuencias cuando son desde un primer piso que desde un segundo o un tercero, debido a que no les da tiempo a notar la aceleración de la caída y a amortiguar el impacto correctamente desde una altura menor.